POLÍTICOS AUSENTES
Las últimas semanas se han producido hechos políticos muy significativos, pero los partidos han decidido jugar al silencio. Desde la implosión de Revolución Ciudadana, con su desgrane y pedidos internos de cambio de dirigencia; pasando por serios cuestionamientos a una de las principales figuras de ADN, como es Ferndinand Álvarez, o los excesos señalados por empresarios y sociedad civil en la Ley de Fundaciones, los partidos políticos han sido simples espectadores. Lo mismo ocurrió con la marcha contra la Corte Constitucional, donde colectivos de profesionales, abogados constitucionalistas, académicos, cuestionaron el ejercicio de llevar a la calle la protesta por las implicaciones que puede tener en el futuro del país. Pero los partidos políticos y sus dirigentes, que por la ideología e identidad que pregonan en época electoral deben dar las guías para sus votantes en momentos de crisis, se silenciaron. Los políticos deben regresar al debate, así como lo han hecho los gremios y la academia. Los políticos son quienes deben ayudar a sanar la fractura emocional que ha provocado la polarización. Fomentar mejores soluciones a la inseguridad y la falta de empleo. Por eso, si estos políticos, los actuales, ya no son la respuesta ante la dura coyuntura, si no están interesados en elevar el debate público sobre los temas que más afectan a la ciudadanía, por miedo o conveniencia, el país debe provocar el cambio de los cuadros.