Bella Jiménez, exasambleísta de la Izquierda Democrática, fue sentenciada a un año de prisión por el delito de concusión, tras admitir que cobraba dinero a cambio de entregar cargos públicos mientras ejercía funciones en la Asamblea Nacional. El fallo también contempla una multa económica, la obligación de ofrecer disculpas públicas y el cumplimiento de medidas de reparación integral.
La exlegisladora fue una de las primeras expulsadas de su bancada por estas prácticas ilegales, y su caso se convirtió en símbolo del uso de la función pública para enriquecimiento personal. Con esta sentencia, la justicia reconoce que la venta de cargos no solo fue real, sino parte de una estructura que afecta la ética institucional. La ciudadanía sigue exigiendo que todos los implicados en estos esquemas de corrupción también enfrenten consecuencias.