Cada año, cerca de 15.000 niños y adolescentes no acuden a escuelas y colegios de forma presencial, por decisión de sus padres, temas de inseguridad y violencia o impedimentos médicos, reciben clases a distancia. Esta modalidad estaba regulada por algunas instituciones hasta este 23 de junio que el Ministerio de Educación emitió una disposición general que reconoce tres formatos: La primera es la virtual: estableció que será para adolescentes con seis características:
·Tener condición de migrante o refugiado
· Embarazo y maternidad
· Estudiantes con necesidades relacionadas con una discapacidad,
·Adolescentes que estén viviendo inseguridad y violencia y
· Ser deportista de alto rendimiento.
La segunda es distancia asistida para niños y adolescentes que se encuentran en instituciones de tratamiento por consumo de drogas y alcohol, centros de adolescentes, infractores, aulas hospitalarias y casas de acogida para mujeres. Y la tercera es en casa, en ella, los padres asumen la enseñanza. Pero deberán tener apoyo de docentes para seguimiento y ayuda pedagógica. El Ministerio ordena que las 131 instituciones en el país que ofrecen este tipo de enseñanza tengan la infraestructura física y las plataformas tecnológicas para garantizar el estudio de los niños y adolescentes.