La niña, llamada Joshlin Smith, desapareció el 19 de febrero de 2024 y aún no ha sido localizada. Según los testimonios, la madre, Kelly Smith, vendió a su hija por 20 000 rands, aproximadamente USD 1 000 a un sangoma, un curandero tradicional del continente africano.
Durante el juicio, el juez Nathan Erasmus afirmó no ver remordimiento en los acusados y destacó el daño emocional provocado por privar de libertad a una persona. Inicialmente, la madre declaró públicamente que era una víctima y colaboraba con la policía, pero las investigaciones revelaron su implicación directa.
Las autoridades continúan buscando a la menor y han ofrecido una recompensa de un millón de rands (más de 55 mil dólares) por información relevante. Este caso se produce en medio de un creciente problema de secuestros en Sudáfrica, donde se registraron 17 mil casos en un año, triplicando cifras anteriores.
Este caso ha generado un debate en redes sociales sobre la trata de personas y la necesidad de fortalecer las medidas de protección infantil. Las autoridades sudafricanas han reiterado su compromiso de combatir este tipo de crímenes y de llevar a los responsables ante la justicia.
La esperanza de encontrar a Joshlin Smith con vida sigue siendo una prioridad para las autoridades sudafricanas, este caso aparte del gran alcance mediático da cuenta de la importancia de tener medidas de cuidado para menores los cuales son queridos tanto por bandas de trata de personas como por venta de órganos en el mercado negro.