EL LEGADO DE FORMAR CIUDADANOS

El verdadero sentido, valor y trascendencia de la formación que imparten las instituciones educativas va mucho más allá de las aulas, permanece en el tiempo, se arraiga en la memoria y se refleja en las acciones de quienes, con el paso de los años, se convierten en ciudadanos comprometidos con su entorno. Ya sea desde una fábrica o desde la presidencia de la República, lo aprendido en la escuela sigue marcando la diferencia. El reciente homenaje a 19 expresidentes de la República que fueron alumnos del tradicional colegio Vicente Rocafuerte de Guayaquil, ahora recordados a través del nombre de una avenida, invita a reflexionar sobre el papel clave de la educación en la construcción del país. Más allá de los conocimientos académicos, son los valores, la ética, el respeto a las instituciones, a los símbolos patrios y al prójimo, los pilares de una sociedad sólida. Por eso, más que nunca, es urgente recuperar la calidad educativa en Ecuador. Esto no solo pasa por infraestructura o tecnología, sino por invertir en maestros preparados, seguros y bien remunerados, capaces de inspirar a nuevas generaciones. La educación no es un lujo, es la base de cualquier país que aspire a un futuro mejor.

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