La Iglesia Católica ha recibido a su nuevo líder espiritual. Este jueves, Robert Francis Prevost Martínez fue elegido como el Papa número 267, haciendo historia al convertirse en el primer pontífice nacido en Estados Unidos y el segundo originario del continente americano, después del recordado Papa Francisco, de Argentina.
Con 69 años, Prevost posee doble nacionalidad —estadounidense y peruana— y cuenta con una sólida experiencia pastoral, desarrollada en América, Europa y en el propio Vaticano.
¿Por qué eligió llamarse León XIV?
Al aceptar su misión como sucesor de San Pedro, Prevost adoptó el nombre de León XIV, una elección que no se repetía desde 1903. Esta decisión, cargada de simbolismo, revive una antigua tradición papal y transmite un mensaje de continuidad, firmeza y legado espiritual.
El último Papa con ese nombre fue León XIII, recordado por su fuerte impulso a la doctrina social de la Iglesia a finales del siglo XIX. Con este gesto, el nuevo pontífice rinde homenaje a aquel legado y subraya su compromiso con una Iglesia activa en los asuntos sociales.
El anuncio oficial fue realizado desde el emblemático balcón de la Basílica de San Pedro, donde el cardenal protodiácono Dominique Mamberti pronunció el tradicional “Habemus Papam” y reveló al mundo el nombre del nuevo pontífice.
La elección de León XIV no solo evoca la historia de la Iglesia, sino que también marca el inicio de un pontificado que busca equilibrar tradición y renovación. Su visión se enfoca en una fe con profundo sentido humano y social, abierta al diálogo y comprometida con los grandes desafíos actuales: la justicia social, la migración, la paz mundial y la convivencia interreligiosa.