El popular cubito de consomé de pollo, utilizado en la cocina para realzar el sabor de los alimentos, podría representar un riesgo para la salud debido a su alto contenido de sodio, grasas trans, glutamato monosódico y aditivos artificiales Expertos advierten que el consumo excesivo de este producto está vinculado a problemas como hipertensión, obesidad, enfermedades cardiovasculares y daño renal, afectando especialmente a quienes lo usan con frecuencia en su dieta diaria.
Además, estudios señalan que estos cubitos contienen una mínima cantidad de pollo real, siendo en su mayoría productos químicos que generan una falsa sensación de alimento nutritivo. La dependencia de este condimento ha desplazado el uso de ingredientes naturales, afectando la alimentación balanceada y condicionando el paladar a sabores artificiales que pueden perjudicar la salud a largo plazo.