A casi un mes del derrame de más de 25 mil barriles de petróleo en la provincia de Esmeraldas, los trabajos de limpieza y estabilización en la parroquia Cube, cantón Quinindé, avanzan sin pausa. Un contingente de al menos 80 personas, apoyadas con maquinaria pesada, trabaja diariamente en la reconformación del terreno para evitar nuevos deslizamientos en la zona cero, ubicada en la comunidad El Achiote, punto donde se produjo la rotura del oleoducto. Dos excavadoras y dos tractores se emplean para estabilizar el cerro afectado.
El crudo aún presente en la vegetación y el suelo está siendo removido por personal contratado por Petroecuador, mientras otra cuadrilla aplane el terreno e instala nuevas tuberías de alcantarillado. Estas permitirán canalizar las aguas hacia un solo punto de descarga, una medida preventiva clave para reducir el riesgo de futuros deslaves. Estas labores preliminares forman parte de la primera fase de intervención y se ejecutarán durante al menos dos meses, según informaron las autoridades. Cinco minutos río abajo del lugar del incidente, se han colocado barreras de absorción y contención estratégicamente, impidiendo que los restos de crudo continúen contaminando el cauce del río por dictamen médico, conforme a las causales constitucionalmente previstas”, se lee en el escrito.
