Dr. Medardo Mora Solórzano
Dr. en Jurisprudencia, Rector fundador de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, ex-Alcalde de Manta, ex-presidente del CONUEP y luego CONESUP
El país se ha pronunciado en esta primera vuelta, Daniel Noboa triunfa (lunes 7 p.m.) con escaso margen sobre Luisa González, resultados que confirman la polarización política del país. Habrá una segunda vuelta intensa, algo agresiva, abundarán mensajes falsos en redes sociales. De los otros 14 candidatos, Leonidas Iza y Andrea González tuvieron una participación decorosa, pero su influencia en segunda vuelta será limitada. Por su futuro es posible que no apoyen a ningún finalista. En esa eventualidad, la mayoría de votos que obtuvo Andrea González favorecería a Daniel Noboa, considerando su postura anticorreísta y antisocialismo del siglo XXI (caso Venezuela). Los votos de Leonidas Iza son votos protesta, antisistema, antigobierno; la mayoría por el pronunciamiento de su candidato anularía su voto, y un pequeño porcentaje favorecería a Luisa González. Hay un factor más gravitante, el votante ausente en esta vuelta votará en la segunda vuelta para obtener el certificado de votación. Este votante favorecerá en un mayor porcentaje al candidato Noboa, se inclinaría por la estabilidad. Las autoridades seccionales controladas por el correísmo influyeron en las principales provincias: Guayas, Pichincha, Manabí, Azuay; eso explica el crecimiento porcentual de su candidata Luisa González. Debe reconocerse que realizó una buena campaña, presentando una imagen atrayente, de apertura, distante de las ácidas y radicales intervenciones de su líder, Rafael Correa. Para contrarrestar esta influencia, el candidato Noboa debe bajarse de su nube de autosuficiencia e intensificar su campaña en zonas rurales de esas provincias y marginales de sus ciudades, buscando reducir la diferencia que tuvo en esas zonas. Hay dos hechos a resaltarse: por primera vez desde 2007 el correísmo no gana holgadamente en primera vuelta ni obtiene la mayoría de legisladores. Los candidatos perdedores obtuvieron ínfima votación; recibieron como lección limitar sus aventuras políticas y no abusar de recursos públicos para ganar notoriedad. Es hora de que el Consejo Electoral elimine agrupaciones políticas de membrete.