QUIEBRAS Y OTRAS QUIEBRAS
El fallido decreto ejecutivo, dispuesto para que se revisen y reestructuren los pasivos de varias empresas en proceso de quiebra, tuvo un dictamen desfavorable por parte de la Corte Constitucional, órgano regulador de los decretos del Ejecutivo, a partir de gobernar sin Asamblea.
Como era de esperarse, las cámaras y demás entes que agrupan a las empresas consideraron un error esta decisión, aduciendo que era posible rescatar a muchas mediante procesos de reestructuración de deudas y acuerdos con los acreedores, cuando se precisa de mayor producción y generación de empleo.
Salvarse de la quiebra no es un asunto de un decreto, cuanto más de la aplicación de un programa de reconversión de pasivos y nuevos plazos para cumplir con su calendario de pagos. Si principalmente los bancos están dispuestos a estos procesos, deberían considerar cuando el Estado mediante decretos, inyectó dinero para el rescate de sus quiebras, las cuales dejaron escuálida a nuestra economía.
Ahora flota en el ambiente la condonación de deudas para los pequeños productores quebrados, sin considerar la solvencia del banco público que les otorgó los créditos. La quiebra es una figura legal mejor dispuesta para unos que para otros que lo pierden todo.