ABAD Y LA CUMBRE EN CUENCA: MAL CÁLCULO POLÍTICO

La jugada para sacar del tablero a la vicepresidenta Verónica Abad no salió bien. La arriesgada movida de utilizar al Ministerio de Trabajo para sancionarla administrativamente por una supuesta falta laboral, fue un intento más por evitar que Abad asuma el poder en 2025, como determina la Constitución. Pero los tiempos de sus estrategas chocaron con la XXIX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, y en lugar de ser una celebración de cooperación, madurez democrática y exposición a la preciosa joya urbana en la que se ha convertido Cuenca, la percepción internacional fue otra. Hubo un rechazo a una acción que, denuncian, es inconstitucional. El rechazo a la sanción que recibió la Vicepresidenta, según diplomáticos de gran experiencia, contagió a la Cumbre y sería una de las causas de la ausencia de varios de los 22 jefes de Estado que no llegaron. Hasta ayer llegaron dos mandatarios invitados, más el Rey Felipe IV, de España. Otra acción, que inicialmente lucía aislada pero hoy se suma a los roces bilaterales, fue la incursión a la Embajada de México para detener a Jorge Glas. En lugar de que la bella Cuenca sea promocionada y conocida en todo su esplendor, 37 exjefes de Estado de iberoamérica, entre ellos los ecuatorianos Osvaldo Hurtado, Guillermo Lasso, Lenín Moreno y Jamil Mahuad, cuestionaron la sanción y posible reemplazo de Verónica Abad. La iniciativa democrática Idea hace votos para que “no se cristalicen” acciones que puedan alterar el orden constitucional que afecta gravemente la democracia. Los tiempos políticos electorales se cruzan con la severa crisis económica y moral de los ecuatorianos, con la proximidad de las fiestas navideñas y una geopolítica que no está para medias tintas. Bien harían los estrategas de Daniel Noboa en ayudarlo a medir mejor todas sus movidas.

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