¿ESPERANZA DE REACTIVACIÓN CON EL FMI?
La deuda estatal es una de las salidas que existen para aliviar las abultadas cuentas por pagar del Gobierno Nacional. Y para eso, en esta administración, el gobierno acudió dos veces al Fondo Monetario Internacional (FMI). En mayo se firmó un acuerdo por $4.000 millones y ahora Ecuador pide $1.300 millones. Si el FMI acepta el pedido de Ecuador será el acuerdo número 23 con el FMI y se sumarán $5.300 millones a la deuda externa. De los primeros $4.000 millones ya se recibieron $1.000 millones. Y se espera que hasta diciembre lleguen $500 millones más. Esto tiene esperanzados a varios proveedores del Estado que están impagos. Otros tantos esperan, casi con desesperación, que el Estado reactive pagos y compras, pues ‘algo’ se ese dinero se regará al resto de la economía. Muchos esperan ese dinero como impulso para una reactivación en el trimestre más comercial del año. Sin embargo, es importante manejar las expectativas. El Gobierno anunció gastos que, más allá de ser calificados por unos como populismo económico y como “ayudas” por otros, incluyen el pago de planillas eléctricas hasta 180 kilovatios entre diciembre y febrero y la condonación de deudas vencidas de hasta $5 mil del Banco Nacional de Fomento. Solo estas dos medidas, en plena campaña electoral, le costarán al fisco $168,7 millones. Esto sucede mientras no hay espacio -político ni legislativo- para las reformas estructurales que necesita el país y pese a que cada año la población pasa penurias para honrar las deudas. Hasta tanto, ciudadanía y empresarios seguimos entregando recursos para pagar.