Un Lugar Para Rezarle a Nuestra Auxiliadora

Hace 17 años, Teresa Soledispa puso la vida de su hija en manos de la Virgen María Auxiliadora, cuando una peritonitis la tuvo al borde de la muerte. Se volvió devota y acude a la gruta que está a pocos metros de su casa, en la calle 118 y vía Puerto-Aeropuerto, para expresar su fe. La Virgen es también la protectora de los pescadores.

Su nombre precisamente se debe a la creencia de que los auxilia en el mar; por eso, es tan importante en la parroquia Los Esteros. Muchos devotos se unen en oración ante ella y durante 40 días, desde septiembre, se congregan ante ella en distintos eventos religiosos. Teresa dice que le pidieron al recordado Agustín Intriago, que les ayudara a mejorar este espacio religioso. “Luego de su fallecimiento, pensamos que no se concretaba. Se lo dejamos a la Virgen, y un día, sin que lo esperáramos, parece que ella inspiró a la alcaldesa Marciana Valdivieso y desde el municipio llegaron a arreglar la gruta”.

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