La Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó una ley que sanciona con cárcel a quienes publiquen contenido desfavorable al régimen de Daniel Ortega en redes sociales. La normativa establece penas de tres a cinco años para quienes difundan datos que provoquen “alarma, temor o zozobra”, y entre cinco y diez años si se promueve “odio o discriminación”.
Críticos catalogaron esta ley como un nuevo intento de silenciar a la oposición. El gobierno nicaragüense justifica la medida como un refuerzo en la “prevención de delitos cibernéticos”, aunque grupos opositores y periodistas denuncian que la ley busca coartar la libertad de expresión y acallar las voces disidentes.
La norma se suma a otras iniciativas del régimen sandinista, que desde 2018 ha implementado medidas para controlar la información y reprimir a la oposición. Uno de los puntos más controvertidos es la falta de definiciones claras sobre lo que se considera “información falsa”, lo que deja al poder judicial, controlado por el oficialismo, la facultad de decidir qué publicaciones son sancionables.