Los problemas persisten en la hidroeléctrica molino, en Azuay

La hidroeléctrica Molino, en el Austro, que forma parte del sistema Paute, es la segunda más grande del país, solo la supera Coca Codo Sinclair. Por eso, su correcto funcionamiento es vital para evitar apagones. 

Sin embargo, desde hace una década no se ha hecho el mantenimiento ni las reparaciones de fallas consideradas críticas. Estas se concentran en el túnel de carga de la fase C; es decir, el que lleva el agua de la represa a las turbinas.

 Lo revela la Contraloría en el informe que auditó el plan maestro de electricidad. Los técnicos detectaron las primeras fallas en 2014: pernos de anclaje con alto grado de corrosión, filtraciones con caudales importantes, presencia de bloques desprendidos del macizo rocoso e incluso la desintegración y descomposición de la roca en arena. 

Para cumplir con esos trabajos, se calculó una inversión de USD 18,6 millones y la necesidad de parar la producción eléctrica durante 11 meses, ya que se requiere que el túnel no tenga agua. Cerrar la central implica dejar de producir 750 megavatios; 575 megavatios de molino y la diferencia, 175 megavatios de la Central Sopladora que se encuentra aguas abajo y que usa el agua turbinada de Molino. 

Siete años después, en diciembre del 2021, CELEC completó los estudios de intervención que evidenciaron un aumento de los desprendimientos de rocas. 

Se realizó una nueva inspección subacuática y levantamiento de la información con los siguientes resultados, incremento de tramos críticos, 683 metros adicionales que presentan aspectos que requieren ser reparados. 

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