CARTA A LOS PADRES DE JOSÉ MIGUEL

Dr. Medardo Mora Solórzano

Ex docente y decano de la Facultad de Comunicación de la Uleam. Periodista de vasta experiencia en prensa, radio y televisión. Actualmente director del periódico EL AUTONOMISTA

Escribo estas palabras con el corazón lleno de tristeza, pero también con una profunda admiración y respeto por la vida y el legado de su hijo, José Miguel Mendoza Rodas. Su partida ha dejado un vacío inmenso en todos nosotros, pero su memoria sigue viva, inspirándonos y guiándonos. José Miguel fue un hombre de grandes ideales y un amor inquebrantable por Portoviejo. Desde joven, mostró una profunda preocupación por el bienestar de su comunidad, siempre dispuesto a ayudar y a luchar por un futuro mejor. Su pasión por su ciudad lo llevó a emprender la noble misión de candidatisarse para alcalde en las pasadas elecciones seccionales, un reflejo de su compromiso y amor por Portoviejo. En cada encuentro, José Miguel irradiaba una energía contagiosa y una dedicación sin límites. Sus sueños y proyectos para Portoviejo eran ambiciosos, pero siempre alcanzables, porque creía firmemente en la capacidad de su gente para lograr grandes cosas. No buscaba la gloria personal, sino el bienestar colectivo, un verdadero líder que ponía los intereses de su comunidad por encima de los suyos propios. Recuerdo con especial cariño las veces que lo vi caminar por las calles de nuestra querida ciudad, saludando a cada persona con una sonrisa sincera y una palabra de aliento. Para él, cada vecino era importante, cada voz merecía ser escuchada. En sus ojos brillaba la esperanza de un Portoviejo mejor, más unido y próspero. José Miguel nos enseñó que la lucha por un ideal es la más noble de todas. Su valentía para enfrentarse a los desafíos y su perseverancia para no rendirse ante las adversidades son un ejemplo para todos nosotros. Aunque su tiempo con nosotros fue corto, su impacto perdurará por siempre en nuestros corazones. A ustedes, queridos padres, quiero expresarles mi más sentido pésame y mi solidaridad en este doloroso momento. Sé que no hay palabras que puedan aliviar la pérdida de un hijo, pero espero que encuentren consuelo en el amor y el respeto que todos sentimos por José Miguel. Su legado vivirá en cada rincón de Portoviejo, en cada acción que tomemos para continuar su sueño. José Miguel amaba el juego limpio y, desde ese andamiaje político, luchó democráticamente por servir a su querido Portoviejo desde la alcaldía. En esa vertiente, estaba dispuesto a seguir luchando junto a su gente. Sin embargo, le apagaron la vida. Ahora solo nos queda su pedagogía libertaria y su ejemplo de hombre de nobles virtudes. Es y siempre será un faro de esperanza para nuestra comunidad. Su espíritu vive en cada uno de nosotros, inspirándonos a seguir luchando por los ideales que él tanto amaba. En su memoria, prometemos no rendirnos y seguir trabajando por el Portoviejo que él soñó.

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