El escándalo generado por la tala en la comuna Olón de Santa Elena desató una crisis de gobierno que nadie gestionó. Pasaron casi 48 horas sin que ninguno de los implicados se refiera al problema. La primera en hacerlo fue la ministra del interior, Mónica Palencia, quien fue abogada de la empresa Vinazin S.A, cuya accionista mayoritaria es Lavinia Valbonesi, la primera dama.
Puso en escena dos argumentos de defensa. El primero es que se trata de un tema personal, pese a que involucra a la familia presidencial y al gabinete. Esta es la misma línea que horas después siguió el ministro de Energía y Minas encargado, Roberto Luque, accionista de la firma que hizo el informe de factibilidad del proyecto inmobiliario. “Mi nombre ha surgido en materia de un proyecto privado, particular, del ahora Presidente de la República, pero que cuando me contrató era un ciudadano más”, relató.
El segundo argumento es que el lío no es más que una revancha política. “Estos escándalos tienen que ver con la necesidad de partidos políticos que se ven fuera de la cancha, en términos futboleros. Que vieron la goleada 9-2 que se metió con motivo de la consulta popular”, expresó Palencia.