Dritan Gjika ha sido identificado como el líder de un grupo de delincuencia transnacional que enviaba cocaína desde Ecuador a Europa y que, además, se dedicaba al lavado de activos a través de diez empresas, cuatro de estas asentadas en el país de España.
Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de una investigación de dos años y medio. Pese al extenso tiempo de esta indagación, el principal líder de esta mafia no ha sido detenido, pero según el director nacional de Investigación Antidrogas, general William Villarroel, los agentes conocen dónde estaría y por eso se trabajaba aún en su localización.
Este operativo fue ejecutado de manera conjunta entre 400 policías ecuatorianos y 350 uniformados españoles, durante la madrugada de nuestro país y el amanecer de la nación europea. En total, fueron detenidos 30 sospechosos: 18 en Ecuador y 12 en España. Los individuos son de nacionalidades ecuatoriana, española, argentina, colombiana y china. Ellos cumplían diferentes funciones bajo el mando de su líder, el albanés Dritan Gjika.
De acuerdo a la información oficial, el capo criminal hacía el pedido de cocaína a una organización del Valle del Cauca, en Colombia, y esta era ingresada a Ecuador a través de Carchi, para ser transportada en camiones hasta centros de acopio en las provincias de Cotopaxi, Los Ríos y Guayas. El general Villarroel descartó la vinculación de este grupo transnacional con las más de 21 toneladas de cocaína incautadas en Vinces el pasado 21 de enero, pese a que extraoficialmente se conoció que parte de ese cargamento se relacionaba con la mafia balcánica.
El oficial tampoco confirmó los nexos de Dritan Gjita con Dritan Rexhepi, un capo albanés que fue detenido en Turquía el 10 de noviembre de 2023, quien también tenía operaciones en Ecuador, bajo la misma modalidad. Una fuente de la entidad señaló que estos dos individuos trabajaban en conjunto, pero el general Villarroel precisó que el caso sigue abierto y que aún se deben hacer vinculaciones.
Para el tráfico de drogas, esta banda transnacional hacía que las empresas de España realizaran pedidos a las compañías de Ecuador, para que parezcan transacciones legales, pero en realidad de esa forma se enviaba cocaína en contenedores con cajas de banano.